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Llamadas Oportunas

La Única Paz de Mente

Vol. 2                                                                          N0. 21, 22

 

LOS HIJOS NACIDOS DE UNA MADRE FORNICARIA TRAEN PAZ Y FELICIDAD AL HOGAR

 

LA GRAN PARADOJA DE LAS EDADES


 

 

 

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Las Tretas de Satanás en el Juego por las Almas

 

Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, página 36, comenzando en el primer párrafo:

 

“Los cuidados, las riquezas, los placeres, todos son usados por Satanás en el juego de la vida para conquistar el alma humana. Se nos da la amonestación: ‘No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él …’ Aquel que lee el corazón de los hombres como un libro abierto dice: ‘Mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida’. Y el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, escribe: ‘Los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte. Porque el amor del dinero es la raíz de todos los males: el cual codiciando algunos, se descaminaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores’”.

 

Vamos a pedir para que venzamos el amor al mundo y recordar que Satanás está jugando el juego de la vida por las almas del pueblo de Dios; que se nos dé gracia para obrar y orar como nunca antes; para vencer las tretas del Diablo; saber que él no es un enemigo con el cual jugar, y que Jesús es el Capitán que nunca pierde una batalla; que si conseguimos su ayuda él nos verá hasta el fin.

 

 

 

Copyright, 1954

Todos los derechos reservados

V.T. HOUTEFF

 

 

Vol. 2, N° 21                                                                                                                                                                                              2


 

LOS HIJOS NACIDOS DE UNA MADRE FORNICARIA TRAEN PAZ Y FELICIDAD AL HOGAR

 

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 3 DE ENERO DE 1948

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

 

Nuestro tema para hoy se encuentra en Oseas, capítulos uno y dos. Lo primero y más importante para indagar en estos capítulos es el tiempo en el que se desarrolla su significado profético. Para encontrar esto, leeremos:

 

Oseas 2:18 – “En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura”.

 

Hasta este mismo día el pueblo de Dios nunca ha experimentado tan completa y absoluta seguridad y libertad como se establece en este versículo de la Escritura. Por lo tanto, se ve rápidamente que el tema del capítulo alcanza aun más allá de nuestro tiempo. Al estudiar los capítulos versículo por versículo, el elemento tiempo aparecerá aun cada vez más brillante.

 

Oseas 1:1, 2 – “Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel. El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas.

 

 

 

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Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová”.

 

Se le mandó al profeta Oseas tomar una esposa fornicaria por ninguna otra razón que ilustrar la condición triste y abominable que prevalecía entonces por Israel.

 

Este matrimonio es, por supuesto, solamente visionario así como el profeta Ezequiel acostándose 40 días en un lado, y 390 en el otro lado. (Ezequiel 4:4-6).

 

Oseas 1:3-5 – “Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel. Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel”.

 

El primer hijo del matrimonio visionario del profeta, vemos, fue nombrado Jezreel para mostrar lo que iba a acontecer a la nación – prediciendo no sólo la terminación del reino, sino también el lugar mismo en el cual su ejército iba a ser derrotado – en el valle de Jezreel. Y este mal destructivo habría de venir sobre ellos por derramar la sangre de Jezreel, pero obviamente no el Jezreel que recién había nacido y nombrado. Quien es el Jezreel muerto, lo veremos mas tarde en nuestro estudio.

 

Oseas 1:6,7 – “Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.

 

 

 

 

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Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes”.

 

El reino de las diez tribus, Israel, fue preservado hasta el nacimiento de Lo-ruhama, pero el nombre de esta segunda hija certifica que Dios no había de tener más misericordia de la casa de Israel, que su fin ya había llegado. De cualquier modo, él tendría misericordia de la casa de Judá, el reino de las dos tribus, y había deliberarlos por un milagro. Y eso es lo que pasó: un ángel hirió 185.000 del ejército asirio, y así salvó Dios la casa de Judá (2ª Reyes 19:35).

 

Oseas 1:8, 9 – “Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios”.

 

El tercer niño fue llamado Lo-ammi para mostrar que las misericordias de Dios se habían apartado aún de la casa de Judá. Pero en lugar de permitirles ser subyugados como su pueblo, él primero los rechazó, después de lo cual no fueron más su pueblo. El Apóstol Pedro cita este versículo de la Escritura como refiriéndose a los Judíos incrédulos; como nación ellos fueron rechazados después de la crucifixión de Cristo, y así no fueron más su pueblo (1ª Pedro 2:9, 10) los individuos, no obstante, que creyeron en el Señor fueron reaceptados, y vinieron a ser “los hijos del Dios viviente” (Véase Romanos 9:26).

 

Note que este simbolismo hasta aquí nos ha traído proféticamente e históricamente desde los días de la casa de Israel hasta la era Cristiana.

 

Oseas 1:10 – “Con todo, será el número de los hijos de Israel

 

 

 

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como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente”.

 

“Con todo”, es decir, no obstante del hecho que los hijos de Israel habían a ser esparcidos por todas las naciones, y rechazados, no ser más el pueblo de Dios, con todo no obstante todo esto, ambos, los descendientes de la casa de Israel y de la casa de Judá (todos los hijos de Jacob) habían de ser multiplicados como la arena del mar en el tiempo cuando ellos son reaceptados y así venir a ser los hijos del Dios viviente a través del Salvador, Jesucristo.

 

De esta Escritura notamos que esta multitud de los hijos de Jacob no son los Judíos identificados de hoy, sino por el contrario los descendientes perdidos de Judá e Israel, de los que fueron asimilados por las naciones Gentiles y por la primitiva iglesia Cristiana tomando sobre sí mismos el título “Cristianos”, de los que perdieron así su identidad racial y nacional. De todo esto, después de haber sido esparcidos por todas las naciones Gentiles, y después de haber perdido su identidad, vendrán los hijos de Dios que están proyectados en esta profecía alegórica. Así muchos de nosotros que suponemos ser de las naciones Gentiles podríamos al fin descubrir que somos de las tribus perdidas de Judá e Israel, y de los Judíos apostólicos Cristianos. Aunque ninguno de nosotros conoce realmente nuestra genealogía muy atrás, con todo Dios quien conoce aún el número de los cabellos de nuestra cabeza ha mantenido un registro genealógico exacto de cada uno de nosotros. El dice: “Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía; Este nació allá. Y de Sion se dirá: Este y aquél han nacido en ella, y

 

 

 

 

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el Altísimo mismo la establecerá. Jehová contará al inscribir a los pueblos: Este nació allí”. Salmos 87:4-6.

 

Oseas 1:11 – “Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande”.

 

Aquí se nos dice definitivamente que en los últimos días, los santos de Dios, sin un pecador entre ellos, serán congregados juntos de los cuatro cantones de la tierra, y serán organizados en un gobierno Teocrático, del cual David antitípico será el rey. Así es que “ … en los días de estos reyes [no después de sus días] el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”. Daniel 2:44, 45.

 

En otra profecía alegórica, en conexión con esta, se nos dice de nuevo:

 

Oseas 3:4, 5 – “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días”.

 

 

 

 

 

 

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Otra vez aquí las promesas están tan claras como las palabras las pueden hacer que después de la dispersión y cautividad, los “muchos días”, el esparcido pueblo de Dios regresará entonces a su patria, y entonces buscarán al Señor su Dios, y a David su rey. De aquí que, estos hijos de Dios no son los identificables Judíos incrédulos de hoy quienes están tratando de hacer un permanente hogar nacional en la Tierra Prometida.

 

Los Cristianos por siglos han predicado el Reino de Dios, pero no esta tan claro aun para la mayoría de ellos si será tan tangible como la tierra misma, o si ¿será algo espumoso, algo flotando en el espacio, o qué? De cualquier manera, la Inspiración, claramente declara que el Reino de Cristo (la iglesia purificada – limpiada, Daniel 8:14) será tan real como cualquiera de los reinos de la tierra.

 

Ahora continuaremos nuestro estudio en el capítulo dos de Oseas, porque, como dije antes, sus contenidos son la continuación de los del capítulo uno.

 

Oseas 2:1-3 – “Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: Ruhama. Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; no sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed”.

 

Recordemos que el primer capítulo nos trajo a través de la corriente del tiempo, hasta la era Cristiana. Ahora, en el capítulo dos otra vez se dirige nuestra atención a los hijos visionarios de Oseas, pero el prefijo “Lo” ha sido omitido de los nombres Lo-ruhama y Lo-ammi para cambiar el significado de no misericordia, y no Mi pueblo, a “misericordia”, y “Mi pueblo”.

 

 

 

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Aquí en este simbolismo único, ideado años antes de la dispensación Cristiana, la Inspiración predice la gracia que se le iba a dar al pueblo en la era Cristiana, y que en vez de continuar siendo llamados Judíos, iban a ser llamados por otro título – Cristianos: Misericordia, y Mi pueblo.

 

La orden, “Decid a vuestros hermanos, Ammi; y a vuestras hermanas, Ruhama”, en sí mismo explica que Dios está hablando a Jezreel, (el hermano de Ami y Ruhama), y que Jezreel en turno ha de hablar a Ami y a Ruhama.. Y el hecho que Dios llama a la esposa visionaria de Oseas su propia esposa, el tema viene a ser mas claro: Oseas, vemos, representa a Dios, y la esposa de Oseas representa la iglesia de Dios; Jezreel, al que Dios habla, representa su porta voz, un profeta, y los hermanos de Jezreel, Ammi y Ruhama, representan los miembros de la iglesia, ambos masculino y femenino. Ahora, como Ami y Ruhama representan los laicos, es obvio que la madre representa el ministerio, los que traen conversos a la iglesia. Aquí tenemos una completa representación de la familia de Dios.

 

El hecho que Jezreel ha de urgir a sus hermanos, los laicos, a pleitead con la madre (con el ministerio, los que traen los conversos), que quite sus fornicaciones, la verdad claramente muestra que este reavivamiento y reforma no viene a los laicos a través del ministerio, sino al ministerio a través de los laicos.

 

Los laicos han de explicar que si los ministros fracasan en reformarse, Dios los despojará desnudos – tan desnudos como en el día que nacieron.

 

Oseas 2:4, 5 – “Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. Porque

 

 

 

 

 

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su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida”.

 

Estos versículos establecen el significado de la gracia de Dios: que si la “madre” fracasa en reformarse, fracasa en quitar sus fornicaciones con el mundo y sus prácticas, entonces no sólo la madre sino también sus hijos simpatizantes caerán para siempre de la gracia.

 

La madre, se nos dice aquí, imagina que sus amantes ilícitos son los únicos que la suplen con las cosas temporales de la vida, y esa es su excusa para tener algo que hacer con ellos.

 

Además, se nos dice otra vez que mientras ella está jugando así a la ramera, está trayendo hijos ilegítimos, falsos conversos. Aquí está una amonestación la cual en no inciertos términos demanda una reforma o si no a toda la familia de la iglesia, excepto a los que se reformen, será destruida tan completamente como fue destruida la antigua Jerusalén algunos años después de la crucifixión de Cristo.

 

Oseas 2:6-13 – “Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos. Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora. Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal. Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré

 

 

 

 

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mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez. Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano. Haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades. Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo. Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová”.

 

Estos versículos explican la manera y el poder de Dios para salvar. Antes de hacer el llamado para una reforma él prepara el camino, El trae su iglesia a circunstancias de prueba y perplejidad de las cuales no fácilmente se puede soltar por sí misma. El la trae a una situación similar a la cual él trajo al pródigo. El hace esto para que ella pueda darse cuenta de donde en realidad viene su sostén, que sepa con certeza que no viene de sus amantes. Entonces, y sólo entonces, podrá ella hacer las mismas cosas que hizo el pródigo cuando vino en sí.

 

En cumplimiento de la profecía contenida en el versículo once, Dios permitió al cuerno pequeño de Daniel siete cambiar los tiempos y las leyes, y permitió que los santos del Altísimo fueran entregados en sus manos hasta “tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. Daniel 7:25.

 

Oseas 2:14, 15 – “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de

 

 

 

 

 

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esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto”.

 

Habiéndola traído a circunstancias tan estrechas y embarazosas como uno puede estar, Dios promete inducirla, y traerla al desierto, para allí hablarle confortablemente. Específicamente hablando, habiendo salido de la “gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo” (Mateo 24:21), Dios la trae, no a la viña, no a la Tierra Prometida, sino al “desierto” (a la tierra de los Gentiles), para hablarle allí confortablemente, y para ayudarle a reformarse. Después que tome lugar esta reunión confortadora ella tendrá sus viñas desde allí, y el Valle de Acor por puerta de esperanza; allí cantará y se regocijará como en los días de su juventud, como en el día que salió de Egipto.

 

El Valle de Acor, notamos, es su puerta de esperanza – es el único camino para salir de su situación. El valle sólo tiene un significado; representa una purificación completa, la destrucción de los pecadores que están en su medio antes de poseer la tierra – su única esperanza para venir a ser una decente, respetable esposa de Dios.

 

Fue en el Valle de Acor que Josué apedreó el último pecador en Israel – Acán y su familia. Entonces fue que se le permitió a la nación Israelita tomar la tierra prometida, la viña. Semejante purificación como esta es la única “puerta de esperanza” para la iglesia, dice la Inspiración, el único escape de su presente condición. Entonces ella ha de volver a su primera posición y gracia. Entonces recibirá la bendición prometida tan verdaderamente como el antiguo Israel recibió la suya. Ese notable incidente en el Valle de Acor se ve ahora tipificando la purificación para la reposesión de la tierra prometida – tipificando el Juicio de los Vivos,

 

 

 

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la congregación de los santos, y la destrucción de los pecadores – la separación del trigo de las cizañas, los cabritos de las ovejas, el pescado bueno del pescado malo. El “alfolí’ (Mateo 13:30), denota el Reino aquí proyectado como lo hace la derecha del Señor, y como lo hacen los vasos.

 

Oseas 2:16 – “En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali”.

 

Si, en lugar de ser su Señor, Dios será realmente su esposo, porque uno puede tener muchos señores, pero solamente un esposo.

 

Oseas 2:17 – “Porque quitaré de su boca los nombres de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres”.

 

Los nombres de Baalí son significantes de personas que poseen caracteres egoístas tales como los maestros de la religión de Baal, profetas que preferirán maldecir a Israel que perder la oportunidad de ganancia monetaria, o de cualquier otra promoción tonta, egoísta que exalta y halaga. Los tales no serán entonces conocidos más por su señorío, altos y exaltados títulos.

 

Cuando la iglesia es así purificada de todos sus ídolos, entonces hallará paz eterna.

 

Oseas 2:18-22 – “En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura. Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré conmigo

 

 

 

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en fidelidad, y conocerás a Jehová. En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel”.

 

Estos versículos claramente muestran que la presencia de Dios en aquel día estará en su iglesia, que aún los cielos oirán la voz de Dios mientras él habla a su pueblo aquí en la tierra. También la tierra oirá al “trigo, y al vino, y al aceite”; eso es, la tierra oirá la Verdad – Verdad que satisface el alma como lo hace el alimento saludable, y nutritivo. Además, no sólo el trigo, el vino, y el aceite – toda la Verdad – sino a Jezreel, también, oirá la tierra. Claramente, todas estas promesas serán cumplidas durante el tiempo de gracia, porque ellas no le pueden hacer ningún bien después que el tiempo de gracia se haya terminado.

 

El Jezreel de cuya sangre el antiguo Israel era culpable, vemos, era figurativo de los profetas a quienes Israel rechazó y mató. Así es que la casa de Israel que odiaba a los profetas encontró derrota en el Valle de Jezreel, el cual por interpretación es el valle de los profetas muertos.

 

Oseas 2:23 – “Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío”.

 

“La sembraré para mí en la tierra”, significa multiplicar sus hijos en el orden de Dios después que ella recibe todas estas bendiciones prometidas. Entonces verdaderamente tendrá la misericordia de Dios, tan grande misericordia como nunca antes la ha obtenido. Así que a los que les fue dicho, “Tú eres pueblo mío”, entonces, en gran

 

 

 

 

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realidad, les será dicho, “Sois hijos del Dios viviente”.

 

Ahora que toda la verdad de estos capítulos es revelada por primera vez desde que el profeta los escribió, y puesto que ninguna profecía de la Escritura es de  interpretación privada, no por voluntad humana, sino por la voluntad del Espíritu (2ª Pedro 1:20, 21), el hecho es que Dios nos tiene en mente (nosotros a quien estos capítulos son revelados) cuando él hizo que estas cosas fueran escritas. Además, puesto que los primeros versículos del segundo capítulo nos trae hasta el tiempo de que un reavivamiento y reforma tome lugar en nuestro propio tiempo, dirigido por Dios mismo y traído a la luz a través de Jezreel, luego llevado a la iglesia por los laicos, es una obra que se cumple en sí misma únicamente en este movimiento laico que ahora está golpeando por todo el mundo Adventista del Séptimo Día. Esta Verdad, por consiguiente, está tan alta como una montaña que Dios está ahora en obra, que las cosas se moverán de acuerdo a su propósito Divino. Así es como “ellos responderán a Jezreel”, y que Dios mismo les dirá, “Pueblo mío tú”, y ellos, también, dirán, “Dios mío”.

 

La Inspiración muestra así que nuestros esfuerzos con este mensaje absolutamente cierto efectuarán la más grande reforma de todos los tiempos; que el reproche de los hijos a la madre seguramente trae paz y felicidad a la familia de Dios. Nosotros, por lo tanto, tenemos toda la razón para estar tan positivos de ganar y tan ansiosos de obrar, como estaba el antiguo David cuando enfrentó al gigante Goliat. Claro es que los hijos (laicos) nacidos a una mujer ramera (iglesia) traen paz y felicidad en la familia de Dios. Por consiguiente, usted no debe fracasar para unirse de todo corazón y realmente a este poderoso movimiento laico para un reavivamiento y reforma por toda Laodicea y terminar la obra del evangelio con una iglesia “‘Hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden’, ha de ir a todo el mundo, vencedora y para vencer”. Profetas y Reyes, página 535. Usted no puede darse el lujo de perderse esto.

 

 

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MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Rompamos el Terreno Abandonado

 

Leeré de la página 36 de Palabras de Vida del Gran Maestro:

 

“A través de la parábola del sembrador, Cristo presenta el hecho de que los diferentes resultados dependen del terreno. En todos los casos, el sembrador y la semilla son los mismos. Así él enseña que si la palabra de Dios deja de cumplir su obra en nuestro corazón y en nuestra vida, la razón estriba en nosotros mismos. Pero el resultado no se halla fuera de nuestro dominio. En verdad, nosotros no podemos cambiarnos a nosotros mismos; pero tenemos la facultad de elegir y de determinar qué llegaremos a ser. Los oyentes representados por la vera del camino, el terreno pedregoso y el de espinas, no necesitan permanecer en esa condición… Una vez que el terreno ha estado cubierto por las espinas, sólo se lo puede utilizar después de un trabajo diligente. Así también, sólo se pueden vencer las malas tendencias del corazón humano por medio de esfuerzos fervientes en el nombre de Jesús y con su poder. El Señor nos ordena por medio de su profeta: ‘Haced barbecho para vosotros, y no sembréis sobre espinas’. ‘Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia’. Dios desea hacer en favor nuestro esta obra, y nos pide que cooperemos con él”.

 

Ahora nos arrodillaremos y pediremos que siempre podamos estar despiertos a la Voz del Espíritu de Dios; para saber que aunque no nos podemos cambiar a nosotros mismos, el poder de elegir es nuestro; y siempre recordad que Dios nos ha creado agentes morales libres, que nosotros mismos somos responsables por nuestra dureza de corazón; dejar que él rompa nuestro terreno abandonado para que podamos sembrar para nosotros en justicia; saber que a través de la oración y el estudio podemos mantener despierto nuestro deseo de las cosas espirituales.

 

 

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LA GRAN PARADOJA DE LAS EDADES

 

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 10 DE ENERO DE 1948

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

 

Zacarías 6:1-8 – “De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce. En el primer carro había caballos bermejos, en el segundo carro caballos negros, en el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos overos rucios rodados. Respondí entonces y dije al ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es esto? Y el ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra. El carro con los caballos negros salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos, y los overos salieron hacia la tierra del sur. Y los rucios salieron y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra. Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte”.

 

 

 

 

 

 

 

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La paradoja en este simbolismo profético es con el cuarto carro, vemos: que este está enganchado a dos yuntas, los overos y los rucios, un grupo tratando de llevarlo en una dirección (al sur), y el otro en otra dirección (recorrer la tierra). ¿Qué pasará con el carro, y cuál de las yuntas es apto para llevarlo? Eso es la paradoja, porque ambos no lo pueden tener al menos que caminen juntos. Y este es un simbolismo paradójico, ha sido un misterio siempre desde que el profeta lo escribió, y como es revelado ahora por primera vez, obviamente la Inspiración está advirtiendo a alguien de algo muy serio que está tomando lugar en este tiempo particular. ¿Qué puede ser? –

 

El profeta Zacarías estaba tan ansioso de saber como lo estamos nosotros, porque él preguntó, “¿Qué es esto, Señor mío?” Y para esta pregunta vino la respuesta, “Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen de delante del Señor de toda la tierra”,

 

La respuesta del ángel es positiva. Los carros, declara, son los Espíritus de los cielos, que están delante del Señor, y que son enviados para recorrer la tierra. Claramente, entonces, estas cuatro yuntas y carros simbolizan cuatro mensajes (cuatro Espíritus) enviados de la presencia de Dios. Y puesto que todos los mensajes de Dios son llevados a recorrer la tierra por el ministerio y la Iglesia, los carros y sus yuntas, por consiguiente, se ve que simbolizan la obra de la iglesia en cuatro períodos diferentes.

 

La siguiente pregunta es, ¿Dónde en la corriente del tiempo encontraremos esta iglesia angustiada-cargada con este oprimido-mensaje? ¿en nuestro tiempo, en el pasado o qué? Los montes de bronce dan la clave, porque los carros salían de entre ellos. Por lo tanto, deberíamos encontrar primero que simbolizan los montes, y

 

 

 

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y en que tiempo están. Y como los carros salían de dos montes, uno está a su izquierda (en el futuro) y el otro a su derecha (en el pasado), es necesario ubicarlos primero. La interpretación Bíblica de un monte simbólico es como sigue: “Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad”. Zacarías 8:3. Los montes en la profecía de Zacarías, por consiguiente, como en todo otro lugar en la Biblia, se ve que simbolizan dos gobiernos, iglesias, muy semejantes en naturaleza (ambas de bronce) y en dos tiempos diferentes (una a la derecha de los carros y la otra a la izquierda). Siendo de bronce, un material que tiene cualidades eternas, que no se deteriora, muestra que representan algo eterno. Además por ser los montes del mismo material simbólico del cual los pies de Cristo (Apocalipsis 1:15) se mostró que son (bronce), esto ubica los montes en la era Cristiana.

 

Los únicos gobiernos semejantes de Dios en la era Cristiana, uno en el pasado y uno en el futuro entre los cuales está situado el camino de los carros, son la iglesia del Pentecostés con los 120 discípulos llenos del Espíritu, simbolizada por el monte a la derecha de los carros, y la iglesia en el segundo Pentecostés (Joel 2:28, 29, aun en el futuro) con los 144.000 discípulos llenos del Espíritu que están sobre el Monte de Sión con el Cordero (Apocalipsis 14:1), simbolizados por el monte a la izquierda de los carros.

 

Es bien comprendido que la iglesia de hoy está compuesta de toda clase de materiales, no de bronce sólido – no de verdaderos Cristianos solamente, sino mezclada con buenos y malos – trigo y cizañas. La verdad por lo tanto es obvia: Habrá otra Teocracia semejante que destruye el pecado y separa los pecadores como la de los días de Ananías y Safira que por pecar expiraron

 

 

 

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al caer a los pies de los apóstoles (Hechos 5:1-11).

 

Claramente, los carros simbolizan la obra de la iglesia militante entre los dos Pentecostés.

 

El cuarto carro siendo el último, se encontrará obrando justo antes del segundo Pentecostés.

 

Puesto que los carros son guiados por caballos, los caballos mismos deben simbolizar el liderazgo del carro (la iglesia), y los pasajeros en los carros deben simbolizar los laicos.

 

El simbolismo, por consiguiente, es revelar la situación paradójica que existe con el cuarto carro, el último, y de aquí que la iglesia de Laodicea con el mensaje del Juicio, como su mismo nombre lo indica.

 

El primer carro, recuerde, es guiado por caballos bermejos (rojos); el segundo por caballos negros; y el tercero por blancos; y el cuarto por dos clases de caballos overos y rucios. El color de cada caballo siendo una especie de marcas, debe ser indicativo de sus circunstancias naturales y consecuentes. Y como notamos antes, son símbolo del ministerio en cada segmento de la historia de la iglesia. Los bermejos evidentemente significan mártires; los negros significa cautividad; los blancos significa libertad; los overos (un color indefinido, ni negro ni blanco) simboliza a los ministros que ni son verdaderos Cristianos, ni verdaderos Gentiles – hipócritas. Los rucios, de cualquier modo, denotan fuerza, como muestra la referencia al margen.

 

Se ve que esta profecía simbólica corrobora la historia. Muestra que la iglesia Cristiana al principio sufrió martirio, mostrado por el color rojo. Luego siguieron las Edades Oscuras de la religión cuando la iglesia

 

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estaba en cautividad (negro). Después de esto vino el período Protestante, el periodo de libertad religiosa (partido blanco). Y al último viene el cuarto carro con sus yuntas overos y rucios. Se ve que las yuntas tienen una lucha controversial sobre el carro. Los grises siendo un color indefinido – ni negro, ni blanco, denota hipocresía, la clase que hasta ahora es desconocida, mientras que el color rucio, denota fuerza (margen) espiritual la clase hasta ahora desconocida.

 

Puesto que la iglesia se originó en Asia, Jerusalén en particular, se ve que el primer carro permaneció allí, por que no fue a ninguna parte. La “tierra del aquilón”, geográficamente al norte de Palestina es donde fueron los otros carros; es decir, los países que las naciones Cristianas están habitando ahora. El cuarto carro, entonces, está supuesto a recorrer la tierra – toda nación, y linaje, y pueblo, y lengua. Pero contrario a esto, los caballos overos “salieron hacia la tierra del mediodía” la cual, figurativamente hablando, sería Egipto espiritual – mundanalidad.

 

El Espíritu de Dios habiendo sido silenciado en la tierra del aquilón, debe denotar que los mensajes de Dios en la tierra del aquilón fueron generalmente rechazados, especialmente el del cuarto carro, el cual causó que el Espíritu de Verdad se apartara y no trajera mas Verdad por medio de ellos – lo hicieron reposar allí – y que, por consiguiente, no se esperó mas Verdad por medio de ellos.

 

La doble yunta de caballos, y sus dos clases de colores, tirando en dos diferentes direcciones se ve inmediatamente que simbolizan una doble clase de dirigentes en la iglesia (los líderes Adventistas del Séptimo Día y los líderes Davidianos Adventistas del Séptimo Día) diferentes en carácter y propósito. Simbólicamente hablando, los caballos overos, los que aparecen primero en la

 

 

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escena profética, están guiando el carro a Egipto – la mundanalidad de la cual deben salir en lugar de regresar. Los caballos rucios, entonces, están esforzándose para separarse de éste y recorrer la tierra como se les manda – para terminar la obra del evangelio de acuerdo con los planes de Dios. Pero esto no puede tomar lugar por largo tiempo como ambas yuntas están enganchados al carro, porque el carro no puede moverse en ninguna dirección mientras una yunta tira en una dirección y la otra en otra dirección.

 

La necesidad inmediata, por consiguiente, es desenganchar (remover) uno, para que el otro pueda estar libre para recorrer la tierra tan pronto como se les diga “Id”. Cuando esto pase la paradoja no será mas una paradoja.

 

¿Qué puso dos clases de líderes a obrar con propósitos opuestos? Dejaré que el Espíritu de Profecía de la respuesta. Aquí sigue la descripción de un grupo de lideres en la Iglesia.

 

“… Aquellos que le han rendido homenaje supremo a la ‘falsamente llamada ciencia,’ no serán los dirigentes en aquel tiempo. Los que han confiado en el intelecto, el ingenio o el talento no estarán entonces al frente de las tropas. No se mantuvieron al paso con la luz. A los que demostraron ser infieles no se les encomendará el rebaño …” Testimonios para la Iglesia, Volumen 5, página 76.

 

Obviamente, estos lideres arrogantes, que aman el dormir en una tierra tibia, son representados por los caballos overos.

 

Ahora leeremos de los lideres a quienes los caballos

 

 

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rucios representan, los que vienen a la última escena:

 

“… El Señor tiene siervos fieles, quienes se han de manifestar en la hora de zarandeo y prueba. Hay almas preciosas, ocultas por el momento, que no se han postrado ante Baal. No han tenido la luz que con deslumbrante resplandor ha brillado concentradamente sobre nosotros. Pero puede ser que bajo un exterior algo áspero y no muy llamativo se revele el brillo de un carácter cristiano genuino. Durante el día miramos hacia el cielo, mas no vemos las estrellas. Están allí, fijas en el firmamento, pero el ojo no las puede distinguir. Es de noche cuando podemos contemplar su verdadero lustre” Testimonios para la Iglesia, Volumen 5, página 76.

 

Esto es exactamente lo que está pasando ahora: Los que están rechazando el mensaje que está anunciando el Juicio para los Vivos; los que “no mantuvieron paz con la luz”, y están satisfechos de estar en el antitípico Egipto; el ministerio Adventista del Séptimo Día será despedido (desenganchado); y los “escondidos”, los que son representados por los caballos rucios, el ministerio Davidiano Adventista del Séptimo Día, vendrán al frente. Ahora están siendo “revelados a la vista”, y se están alistando para tomar el carro. Luego tan pronto como se les diga “Id”, sin vacilar y rápidamente se moverán para “recorrer la tierra” con el mensaje de la hora, el Juicio para los Vivos.

 

Ahora dejemos que la fundadora de la Denominación Adventista del Séptimo Día concretamente explique qué y dónde es la tierra del mediodía:

 

“Me lleno de tristeza cuando pienso en nuestra condición como pueblo … La iglesia ha dejado de seguir a Cristo, su Guía, y con paso firme

 

 

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sigue su retiro hacia Egipto. Sin embargo, son pocos los que se alarman y asombran por su falta de poder espiritual. La duda, y aun el descreimiento de los testimonios del Espíritu de Dios, leudan la iglesia por todos lados. Así lo prefiere Satanás. Los ministros que predican el yo en lugar de Cristo lo prefieren así. Los testimonios no se leen, ni se aprecian. Dios os ha hablado. De su Palabra y de los testimonios, la luz ha brillado, y ambos han sido menospreciados y desatendidos. El resultado se ve claro en la falta entre nosotros de pureza, dedicación y fe fervorosa”. Testimonios para la Iglesia, Volumen 5, páginas 201-202.

 

¿Qué desenganchará los caballos overos del carro? – el profeta Isaías tiene la respuesta:

 

Isaías 66:16, 19, 20 – “Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados … Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová”.

 

Aquí se proyecta una matanza, que toma lugar entre los que han sido instruídos de abstenerse de alimentos inmundos, pero entre los cuales muchos están violando el mandato de Dios. Los desobedientes, los que cuyos estómagos son sus dioses, incluyendo los que se santifican

 

 

 

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y purifican a sí mismos (los farisaicos) en los huertos detrás de un árbol (detrás de sus ministros que aborrecen la Verdad, Isaías 66:17), son removidos por el Señor mismo de entre sus escudriñadores de Verdad.

 

Después que los transgresores son así removidos, entonces los que son dejados, el “remanente”, los escapados, vienen a ser los siervos de Dios y son enviados a todas las naciones, especialmente a los que no han oído la gloria de Dios o las buenas nuevas del Reino. Estos escapados traerán a la casa del Señor a todos sus hermanos, todos los que se convertirán a Cristo – “gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas”. Ellos estarán “delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”. Apocalipsis 7:9.

 

Así el Evangelio será terminado por quienes escapan de la matanza del Señor (Isaías 66:15, 16) y el pueblo de Dios será congregado rápidamente de los cuatro ángulos de la tierra, felizmente traído como una ofrenda a la casa del Señor (Isaías 66:19,20).

 

Ahora es la oportunidad de cada uno para decidir si estar en un lado o en el otro lado, si reformarse y ser guiados por los fieles caballos rucios, o adherirse a los arrogantes caballos overos y estar con ellos en la tierra del mediodía, para perecer allí. Verdaderamente aquí está una decisión vital que tiene que hacer cada miembro de la Denominación. Requiere acción que decidirá el destino futuro de los laicos como también del ministerio.

 

Ahora es su oportunidad de actuar, y es mi deseo y oración que usted, y cada miembro de la Denominación

 

 

 

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elija estar en el lado que esta paradoja de las edades revelada ahora clara y definitivamente le instruye estar. No permita que los caballos overos le engañen más. Enfrente sus claros discursos con “Así dice Jehová”. Póngalos a prueba con esta estricta verdad Biblica.

 

 

 

 

 

 

 

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