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Llamadas Oportunas

La Única Paz de Mente

Vol. 2                                                                           N0. 15, 16

 

LO QUE SERÁ DURANTE LA SEXTA

TROMPETA MIENTRAS DURA LA GRACIA

 

LA TRIPLE DERROTA DE SATANÁS TRAE “EL TIEMPO DE ANGUSTIA CUAL NUNCA FUE”


 

 

 

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

El Pecado Acariciado Mantiene Fuera la Verdad

 

Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, página 30, comenzando en el último párrafo.

 

“‘Y el que fue sembrado en espinas, éste es el que oye la palabra; pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas, ahogan la palabra, y hácese infructuosa’. La semilla del Evangelio a menudo cae entre las espinas y las malas hierbas; y si no hay una transformación moral en el corazón humano, si los viejos hábitos y prácticas y la vida pecaminosa anterior no se dejan atrás, si los atributos de Satanás no son extirpados del alma, la cosecha de trigo se ahoga. Las espinas llegarán a ser la cosecha, y exterminarán el trigo… Si el corazón no está bajo el dominio de Dios, si el Espíritu Santo no obra incesantemente para refinar y ennoblecer el carácter, los viejos hábitos se revelarán en la vida … Cristo especificó las cosas que son dañinas para el alma. Según San Marcos, él mencionó los cuidados de este siglo, el engaño de las riquezas, y la codicia de otras cosas. Lucas especifica los cuidados, las riquezas y los pasatiempos de la vida. Esto es lo que ahoga la palabra, el crecimiento de la semilla espiritual. El alma deja de obtener su nutrición de Cristo, y la espiritualidad se desvanece del corazón”.

 

Esta lectura nos ordena orar para que la semilla sembrada en nuestro corazón caiga en buena tierra, que eche raíz; que seamos libertados de los cuidados de esta vida y de pecado, porque no importa cuán impresionante sea la Verdad que llega a nuestro oído, nunca llegará al corazón si hay allí algún pecado acariciado.

 

 

Copyright, 1954

Todos los derechos reservados

V.T. HOUTEFF

 

Vol. 2, N° 15                                                                                                                                                                                              2


 

LO QUE SERÁ DURANTE LA SEXTA TROMPETA MIENTRAS DURA LA GRACIA

 

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 15 DE NOVIEMBRE DE 1947

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

 

El tema de nuestro estudio se encuentra en Apocalipsis, capítulos 10 y 11. Comenzaremos con –

 

Apocalipsis 10:1 – “Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego”.

 

Este ángel tiene todas las características de un poder que envía “la lluvia tardía”, y que causa que el grano espiritual se desarrolle completamente, porque eso es lo que indica nubes, luz del sol, y arco iris. Como el arco iris nunca aparece sin lluvia, el ángel es por consiguiente el ángel que trae la lluvia y la luz del sol para madurar la cosecha final.

 

Apocalipsis 10:2 – “Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra”.

 

Hay sólo un libro en la Biblia que ha tenido que ser abierto, y ese es el libro de Daniel (Daniel 12:4). Y puesto que la primera cosa que hizo el ángel fue abrir el libro, el análisis prueba que en realidad él aparece en la escena al comienzo del tiempo del

 

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fin, el tiempo en que el libro debía abrirse (Apocalipsis 10:2).

 

Sabemos que el hombre naturalmente comienza con su pie derecho. Ahora, puesto que el pie derecho del ángel estaba sobre el mar y su pie izquierdo sobre la tierra, el simbolismo muestra que él empieza en el mar, la provincia de las bestias de Daniel (Daniel 7), luego en la tierra, la provincia de la bestia de dos cuernos (Apocalipsis 13:10-18). Su obra, por consiguiente, comienza en el Viejo País, y debe incluir la primera verdad que fue revelada del libro de Daniel. Todo en todo su mensaje y poder prueba ser mundial – tierra y mar.

 

Apocalipsis 3:3, 4 – “Y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas”.

 

Aquí vemos que había otra verdad que pudo haber sido registrada, pero a Juan se le dijo que no la escribiera. No sabemos cuán extensiva verdad contengan los Siete Truenos, pero posiblemente tanta o más que las Siete Trompetas. Sin importar esto, como quiera, una cosa sobresale audazmente y eso es que la omisión de los Siete Truenos deja un portillo en la cadena de la Verdad. Y puesto que los Siete Truenos no están registrados, la verdad de ellos no puede ser revelada por interpretación, porque no hay nada escrito de ellos, y por lo tanto nada de donde interpretar. Si, entonces hemos de conocer la verdad de los Siete Truenos, nos será mostrada quizá por los mismos medios como el Apocalipsis le fue mostrado a Juan.

 

 

 

 

 

 

 

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Apocalipsis 10:5-7 – “Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas” (Al comienzo del sonido de la séptima trompeta, el misterio de Dios será consumado).

 

¿Qué acerca de la declaración, “el tiempo no sería más”? – La respuesta se encuentra en Apocalipsis 10:6, la cual realmente prueba que el tiempo no será más para que el Misterio de Dios sea consumado; que el resto de los días de la sexta trompeta, el tiempo para tocar la séptima trompeta, es el tiempo para que el Misterio de Dios, el Evangelio de Cristo, sea consumado. De hecho, el primer anuncio del séptimo ángel es que los reinos de este mundo vendrán a ser los reinos de nuestro Señor, – que la obra del Evangelio se ha consumado.

 

Apocalipsis 10:8-10 – “La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre”.

 

 

 

 

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Tragar el libro es, como si fuera, “devorar” sus dichos. Lo dulce de la miel debe ser el gozo que viene de sus promesas, y obviamente lo amargo denota inhabilidad para digerirlo, para comprender todo, y así un chasco. Esto, sabemos encontró su cumplimiento en los días del Primer Movimiento Adventista, cuando a través del estudio del libro de Daniel, aprendieron que la purificación del Santuario (Daniel 8:14) había de comenzar en el año 1844, pero que malentendieron la purificación que significaba el fin del mundo y el regreso de Cristo. El chasco vino después que la fecha establecida había pasado y después que la expectativa del pueblo fracasó en materializarse.

 

Apocalipsis 10:11 – “Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.

 

Después del chasco se les mandó que profetizaran otra vez; eso es, profetizar otra vez la purificación del Santuario. Habían de hacer esta obra entre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes, obviamente no a todos.

 

Así fue que el Primer Movimiento Adventista fue reorganizado y renombrado, Adventistas del Séptimo Día. La organización Adventista del Séptimo Día, por consiguiente, no terminará la obra. Su mensaje no va a todos los pueblos, a todas las naciones, lenguas, y reyes. Consecuentemente, la Iglesia, también, será reorganizada si el Evangelio del Reino ha de ser predicado a todas las naciones. “Deben realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. Reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las facultades de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. Reforma

 

 

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significa una reorganización, un cambio en las ideas y teorías, hábitos y prácticas” – Mensajes Selectos, Volumen 1, página 149.

 

¿Cómo vendrá la reorganización? –

 

“Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego. Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.

 

“Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.

 

“Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.

 

“Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová”. Isaías 66:15-17, 19, 20.

 

En estos versículos vemos que toma lugar una matanza, una matanza que destruye los transgresores de la Verdad. Los que escapan de la

 

 

 

 

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matanza del Señor son enviados a las naciones que no han visto la gloria de Dios, ni oído su nombre, y ellos traerán a todos sus hermanos de “todas las naciones”. Claramente, entonces, la matanza es en la Iglesia, porque los que escapan son enviados a predicar a los Gentiles que no conocen nada de Dios. Enviar los fieles a las naciones, después de la destrucción de los infieles, presupone una reorganización. Y al último la comisión es de ir, no a muchas naciones sino a todas las naciones. Si han de traer todos sus hermanos de todas las naciones, entonces ellos deben ser los últimos, los que terminan la obra, “el Misterio de Dios”, traerán la gracia a su terminación y el mundo a su fin.

 

Apocalipsis 11:1 – “Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él”.

 

Medir los adoradores realmente es numerarlos. Y así vemos que siguiendo al Movimiento Adventista del Séptimo Día habrá una numeración de su pueblo. Y como sólo hay una compañía numerada, los 144.000 (Apocalipsis 7:3), los primeros frutos (Apocalipsis 14:4), los siervos de Dios (Apocalipsis 7:3), resulta que ellos son quienes son numerados, quienes escapan, y también quienes son enviados a las naciones. Si, ellos son los que terminan el Misterio de Dios cuando traen a todos sus hermanos de todas las naciones (Apocalipsis 7:9), los segundos frutos.

 

Apocalipsis 11:2 – “Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses”.

 

Los adoradores, los miembros de la iglesia,

 

 

 

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las tribus de Israel, serán numeradas, pero los que han de llenar el patio, de los Gentiles, son innumerables: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”. Apocalipsis 7:9.

 

Siete por siete, cuarenta y nueve, determinaba el año del Jubileo, la liberación del pueblo y de la tierra, el tipo del Reino completo. Además de algún otro significado, los cuarenta y dos meses son solamente seis por siete, esto significa que la Santa Ciudad, Jerusalén, no será “hollada” hasta el tiempo del antitípico Jubileo, – los Gentiles serán arrojados antes que el Misterio de Dios sea consumado, antes que el séptimo ángel empiece a tocar.

 

Apocalipsis 11:3, 4 – “Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra”.

 

Cuando el profeta Zacarías preguntó que simbolizaban los árboles de oliva de su visión, el ángel respondió, “la palabra de Jehová”. Zacarías 4:6.

 

Los dos árboles de oliva simbolizan las escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, la Biblia (El Conflicto de los Siglos, página 310). Como el simbolismo de los candeleros, el Señor mismo muestra que son símbolos de las iglesias (Apocalipsis 1:20). Los dos candeleros en conexión con los árboles de oliva son por consiguiente símbolos de la iglesia del Antiguo y Nuevo Testamento,

 

 

 

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las iglesias que nos dieron la Biblia.

 

Apocalipsis 11:5 – “Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera”.

 

De esto vemos que aunque la Biblia es el mejor amigo para sus amigos, es un terrible enemigo para sus enemigos. Cuando la Verdad no puede salvar, mata.

 

Apocalipsis 11:6-11 – “Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces.

 

“Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.

 

“Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron”.

 

No necesito decir más en estos versículos, porque usted

 

 

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encontrará una explicación detallada de ellos en el Tratado No. 2, La Gran Paradoja de las Edades, páginas 53-54.

 

Apocalipsis 11:12, 13 – “Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo”.

 

La Biblia muestra que sólo un pozo del abismo fue abierto, el pozo del cual salieron las langostas (Apocalipsis 9:2), y fue la Estrella celestial la que abrió el pozo para soltar a sus cautivos, – las langostas quienes habían de dañar sólo a los hombres que no tenían la señal de Dios en sus frentes. Puesto que las langostas tenían la habilidad de saber quien tenía y también quien no tenía la señal de Dios en sus frentes, y puesto que eran amigas del pueblo sellado de Dios, la verdad es obvia: La Estrella que las libertó del pozo es Cristo, y las langostas son los Cristianos, el pueblo que fue rescatado del Judaísmo apóstata.

 

Además, el hecho que el Ángel de Apocalipsis 20:1 (El gran enemigo de Satanás), es el que tiene la llave del abismo, resulta que el Ángel de Apocalipsis 20:1 y la Estrella de Apocalipsis 9:1 son el mismo, porque a quien se le había dado la llave, es el único que puede tenerla.

 

Ahora tal vez nos preguntamos ¿quién es la bestia del abismo? Si la Estrella que cayó del Cielo y abrió el abismo es Cristo, y si las langostas que salieron del abismo son los Cristianos, entonces

 

 

 

 

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no hay manera para escapar a la conclusión que la bestia que salió del abismo es símbolo del Cristianismo. Así es como el Señor fue crucificado allí.

 

Ahora que la ciudad es espiritualmente llamada Egipto, esto denota que el pueblo de Dios está en esclavitud. El nombre de Sodoma denota que el verdadero pueblo de Dios tendrá que ser rescatado de allí como lo fue Lot.

 

Una décima parte de la ciudad debe representar la parte del Señor, el diezmo, por así decirlo. Y el terremoto por consiguiente representa un zarandeo en la iglesia de Dios. El remanente que da gloria a Dios, puede ser solamente los fieles que sobreviven al zarandeo. Así es purificada la iglesia. El terremoto, entonces, es símbolo de la matanza de Ezequiel nueve, y coincide con Isaías 66:16.

 

Además, el hecho que el Misterio de Dios es consumado cuando el séptimo ángel comienza a tocar, y también el hecho que el zarandeo se muestra aquí que toma lugar durante el tocar del sexto ángel, la Verdad sobresale que el zarandeo toma lugar antes que la obra del Evangelio sea terminada. El Espíritu de Profecía previno de este zarandeo en nuestro tiempo:

 

“Pregunté cuál era el significado del zarandeo que yo había visto, y se me mostró que lo motivaría el testimonio directo que exige el consejo que el Testigo fiel dio a la iglesia de Laodicea. Moverá este consejo el corazón de quien lo reciba y le inducirá a exaltar el estandarte y a difundir la recta verdad. Algunos no soportarán este testimonio directo, sino que se levantarán contra él, y esto es lo que causará

 

 

 

 

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un zarandeo en el pueblo de Dios”. Primeros Escritos, página 270.

 

Apocalipsis 11:14-19 – “El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.

 

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.

 

“Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.

 

“Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”.

 

Si desea estudiar el capítulo once de Apocalipsis con todos sus detalles, lea el Tratado, “A las Siete Iglesias”.

 

 

 

 

 

 

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MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

“Los Cuidados de Este Siglo”

 

Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, página 31, comenzando en el último párrafo.

 

“Ninguna clase de personas está libre de la tentación de los cuidados del mundo. El trabajo penoso, la privación y el temor de la necesidad le acarrean al pobre perplejidades y cargas. Al rico le sobreviene el temor de la pérdida y una multitud de congojas. Muchos de los que siguen a Cristo olvidan la lección que él nos ha invitado a aprender de las flores del campo. No confían en su cuidado constante. Cristo no puede llevar sus cargas porque ellos no las echan sobre él. Por lo tanto, los cuidados de la vida, que deberían inducirles a ir al Salvador para obtener ayuda y alivio, los separan de él”.

 

En esta lectura se nos instruye a no llevar nuestras propias cargas, sino dejar que el Señor las lleve por nosotros. Si tuviéramos sentido de caballo, seríamos mejor. Como sabemos, los caballos no se preocupan de su siguiente comida. Su único propósito es servir a la voluntad de su amo. Dejan toda la carga de alimento y albergue a sus amos. Saben que ellos son dignos de su salario.

 

Los caballos, vemos, tienen más fe en su amo que lo que la mayoría de los Cristianos tienen en Dios.

 

Ahora arrodillémonos y pidamos entender completamente estas cosas y que pongamos plena confianza en nuestro Maestro. Tenemos un buen Maestro, recordemos que somos sus hijos, no sus caballos.

 

 

 

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LA TRIPLE DERROTA DE SATANÁS TRAE

“EL TIEMPO DE ANGUSTIA CUAL NUNCA FUE”

 

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 29 DE NOVIEMBRE DE 1947

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

 

Nuestro tema de esta tarde se encuentra en Apocalipsis 12, y es ilustrado en la siguiente gráfica –

 

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Apocalipsis 12:1-6 – “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por mil doscientos sesenta días”.

 

Todos estamos de acuerdo en algo, yo se, que esta mujer de Apocalipsis 12 es símbolo de la Iglesia; que el Dragón es símbolo de Satanás; y que el hijo representa a Cristo. Pero en tanto que no podamos estar de acuerdo en si la mujer es símbolo de la iglesia del Antiguo Testamento o del Nuevo o de ambos, es esencial que estudiemos para que veamos ojo a ojo.

 

Ahora, la pregunta que naturalmente surge, si Cristo es el que trajo la iglesia Cristiana, entonces ¿cómo puede ser ella su madre? ¿Y no nació Cristo por lo menos treinta años antes que la iglesia Cristiana vino a su comienzo? Y finalmente, ¿no pone el huevo la gallina antes que lo críe?, ¿no es cierto que si divulgamos un aserto erróneo nos encontraremos a sí mismos cada vez mas allá de la verdad en

 

 

 

 

 

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el tema? – asegurémonos, entonces, del fundamento sobre el cual edificamos.

 

Todos sabemos que Cristo nació, no a la iglesia Cristiana, sino a la Judía. Siendo así, entonces ¿cómo escapamos a la verdad que esta mujer coronada con una corona de doce estrellas es primeramente la iglesia Judía que tenía dolores de parto y dio a luz “al Redentor del mundo” en el período del Antiguo Testamento?

 

Además, antes que el hijo naciera, y antes que el Evangelio de Cristo viniera a la Iglesia, ella estaba vestida del sol, y la luna debajo de sus pies. Por lo tanto no hay ni la más leve excusa para concluir que la mujer representa la Iglesia vestida con el Evangelio de Cristo, entonces ¿qué representa?

 

Puesto que ella estaba vestida con el sol antes que Cristo naciera, y antes que viniera el Evangelio, entonces su vestidura del sol debe ser la Biblia, la Palabra de Dios que la vestía en el período de los profetas.

 

¿Qué es simbolizado por la luna debajo de sus pies? – El hecho que la luna de los cielos refleja la luz del sol a la tierra, el símbolo de la luna por lo tanto estando debajo de los pies de la mujer, y el sol alumbrando directamente sobre ella, no por el reflejo a través de la luna, denota que su canal de conducto de luz, la luna, había pasado, no se necesitaba más, que el sol mismo, la fuente de su luz, alumbrando directamente sobre ella, la envuelve con sus rayos brillantes. Que entonces podría simbolizar la luna sino el período antes que viniera la Biblia, el período

 

 

 

 

 

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antes de Moisés, en el cual la Palabra de Dios no alumbraba directamente sobre el pueblo como lo hace hoy (porque ellos no tenían Biblia en ese tiempo), sino que era reflejada en ellos por los hombres de Dios, los mediums, eso es, los profetas antes de Moisés nunca escribieron los mensajes de Dios sino que la trasmitían verbalmente.

 

Aunque esta mujer coronada con doce estrellas simboliza algo en el tiempo del Antiguo Testamento, como ya hemos visto, sin embargo se ve que ella simboliza algo en el tiempo del Nuevo Testamento. Vemos esto del hecho que después que el hijo había nacido, y después que la iglesia Cristiana vino a existencia, a la mujer se le dieron dos alas de grande águila, y fue así capacitada para volar al desierto, para ser mantenida allí “por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”. Además, al dejar la viña (su patria – Palestina) e ir al desierto (las tierras de los Gentiles, porque eso es lo que simboliza el desierto en contraste a la viña), de nuevo muestra que ella continúa después que su hijo había nacido.

 

Tomando todos estos puntos en un todo común, positivamente muestran que la mujer es símbolo de la Iglesia perpetua de Dios en todas las edades, y que ella es su Verdad salvadora, su verdadera esposa, la Verdad que dio nacimiento a Cristo y que da nacimiento a todos sus “hermanos” (sus seguidores), “el remanente de su simiente”. Apocalipsis 12:17.

 

Cuando fue hecha la promesa del Salvador que vendría, fue entonces que el dragón supo que la Iglesia había de dar a luz al “hijo varón”, y desde entonces él la cuidaba muy de cerca, esperando para destruir al Redentor del mundo tan pronto como hubiese nacido. El se esforzó para cumplir esto

 

 

 

 

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por medio de Herodes, cuando hizo que una multitud de niños fueran muertos. Sin embargo, el niño Cristo se escapó, y el Diablo encontró su primera derrota en esta conexión.

 

Ahora el dragón siendo fortalecido con siete cabezas y diez cuernos, denota que él controlaba todos los poderes civiles y religiosos de ese tiempo (porque el simbólico número “diez” denota universalidad, así como los diez dedos de Daniel 2, los diez cuernos de las otras bestias de la Biblia, y las diez vírgenes de Mateo 25).

 

Los cuernos representan todos los poderes civiles, mientras que las cabezas representan todos los poderes religiosos, porque el número Bíblico “siete” denota completo. Además, el hecho que la Iglesia (los Judíos), la única agencia a través de la cual Dios obró hasta ese tiempo, crucificaron al Señor, en si misma prueba suficiente que la Iglesia había apostatado, que vino a ser de las siete cabezas del Dragón, y que así estaba el Dragón armado con diez cuernos y siete cabezas, – con todo el poder civil y religioso. Y así, vemos, que el dragón con sus cuernos y cabezas representa el mundo capturado por el Diablo.

 

Así es como el mundo estaba perdido en ese tiempo, y así fue como Cristo vino a redimirlo. Para hacer todo esto él comenzó una nueva Iglesia organizada. A la luz de esto vemos a Cristo, el Redentor del mundo, y su misión la más importante que jamás hayamos visto antes.

 

El dragón que arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo (los ángeles, Apocalipsis 12:9) con su cola, no con sus garras, denota que al comienzo de la rebelión universal de Satanás, los ángeles voluntariamente siguieron al líder rebelde,

 

 

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y se unieron con él en su malvada obra contra la familia humana.

 

Apocalipsis 12:7-17 – “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo. Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río. Pero la tierra ayudó a la mujer, pues la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había echado de su boca. Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los

 

 

 

 

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mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo”.

 

El principal punto para notar en estos versículos es que después que el dragón y sus ángeles fueron arrojados del Cielo (la segunda derrota de Satanás), y después que había perseguido a la Iglesia, y ella había tomado su vuelo al desierto, el Dragón la siguió allí, pero en vez de perseguirla, él echó tras la mujer “agua como un río”, esperando que fuese arrebatada por el río. En otras palabras, después que miró que no podía detener el crecimiento de la Iglesia Cristiana persiguiendo a sus seguidores, él cambió sus tácticas y en lugar obligó a los Paganos a unirse a ella, esperando por esto causar que se paganizara – “fuese arrebatada”.

 

El Dragón, sin embargo, de nuevo perderá el blanco, porque la tierra abre su boca y sorbe el río; esto es, la Inspiración definitivamente pronostica que los que se unen a la Iglesia por algún otro propósito que seguir y practicar la Verdad, serán desprendidos por un milagro, serán como si fuera, sorbidos por la tierra. Y cuando esto acontezca Satanás habrá encontrado su tercera derrota. Resumiendo, aquí están sus tres derrotas: No. 1 – Fracasó en devorar al hijo; No. 2 – Perdió la guerra en el Cielo; No. 3 – Fracasa en paganizar la Iglesia inundándola con inconversos.

 

Cuando enfrente su tercera derrota, cuando las cizañas que él sembró sean quemadas (porque como el río es sorbido por la tierra, las cizañas son quemadas por los ángeles), entonces es que la Iglesia aparecerá “‘Hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden,’ ha de salir a todo el mundo,

 

 

 

 

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vencedora y para vencer” – Profetas y Reyes, página 535.

 

Habiendo enfrentado tan poderosa derrota, y habiendo visto que la Iglesia es liberada del río, la ira del Dragón se intensificará. El se airará contra la mujer y “Hace guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:17), “el Espíritu de Profecía” (Apocalipsis 19:10).

 

Obviamente, el remanente son los que son dejados después que la tierra abre su boca y sorbe el río. Ellos como un cuerpo guardan los mandamientos de Dios, y tienen el vivo Espíritu de Profecía, el Espíritu que dictó las Escrituras, que ha guiado al pueblo de Dios a toda Verdad a través de las edades, y que aún lo hace. Así es que la ira del Dragón, y la pureza de la iglesia, causó la tercera derrota del Dragón, traerán el tiempo de angustia cual nunca fue:

 

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro”. Daniel 12:1.

 

Nada en el mundo es de tanto valor como tener nuestros nombres escritos en el libro. Y allí podemos tener nuestros nombres si elegimos seguir el Espíritu de Verdad y guardar los mandamientos de Dios. Aquí hemos visto que los que piensan que la ley, los diez mandamientos, está “abolida”, que sus vidas no necesitan concordar con

 

 

 

 

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la ley; y los que piensan que el espíritu de Profecía es una cosa del pasado, que Dios ha dejado que el mundo se la lleve lo mejor que pueda, que el no se molesta más a sí mismo para enviar un profeta; que todos los tales se encontrarán a sí mismos ligados con Babilonia la Grande, la silla del Dragón, y en vez de tener sus nombres escritos en el libro, ellos tendrán la marca de la bestia, y tendrán una parte en perseguir el remanente que guarda los mandamientos de Dios, y tiene el testimonio de Jesucristo.

 

Ahora es el tiempo para que todos decidan si ser sorbidos por la tierra – lanzados en el fuego – o ser libertados por Miguel, nuestro Príncipe.

 

Por lo tanto escojamos ser libertados en lugar de ser derrotados. “Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia”. Salmos 31:23.

 

 

 

 

 

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