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CARTA No. 1 DE JEZREEL

Apreciado compañero creyente en el Mensaje del Tercer Ángel: Puesto que esta es una oportunidad muy apropiada para escribirle unas cuantas líneas amigables, y ya que no hay un mensaje más dulce que el que viene de Dios, he escogido saludarle con él. La Inspiración declara que la voz del cielo para Laodicea es de suprema consecuencia para cada laodicense (para todos nosotros los adventistas del séptimo día), y el deber de cada uno de nosotros de escucharlo no es de menos importancia, si hemos de ser guardados de ser vomitados (Apoc. 3:16). Con este ineludible e importante hecho a la vista, ¡qué solemne responsabilidad recae sobre aquel a quien Dios le ha mandado llevar un mensaje del cielo a su pueblo en Laodicea! Por consiguiente, que pecado imperdonable sería si descuidara buscar cada avenida posible para llevar el mensaje a cada hogar que abriera sus puertas. Por lo tanto, que cuidado debe ejercitar por buscar cada oportunidad posible para dar toda asistencia posible a cada alma, en trazar un claro camino directo y firme hacia la “tierra de Canaán.” Por lo tanto se hace este urgente esfuerzo en vuestro favor. Por algún tiempo ustedes ya han tenido las publicaciones de la hora undécima (Tratados y “Llamadas Oportunas” –estampadas en Waco –incluyendo una copia de “Especial Para la Conferencia General de 1950” y “El Reclutador de la Casa Blanca”), todos llevando la luz de Dios tan sumamente necesitada a esta hora culminante – el tan esperado mensaje del sellamiento de los 144,000 (la purificación de la iglesia –el juicio de los vivos en “la casa de Dios:” el mensaje para los laodicenses), el Fuerte Pregón y eventos similares. Por lo tanto, confío que en su deseo de ser un adventista temeroso de Dios y completamente despierto, y debido a la naturaleza del caso, usted no puede fallar de ser impresionado y

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conmovido por la tremenda verdad que estas publicaciones llevan para este tiempo. Y cuando considere la amplia y seria acogida concedida al “Reclutador de la Casa Blanca” al haber entrado a miles y miles de hogares adventistas por todo el mundo. Seguramente usted no puede sino solamente ser más impresionado. Ciertamente, nunca otras publicaciones cargadas de verdad han entrado a hogares adventistas y han sido tan amplia y seriamente recibidas. Y un incidente de esta acogida singular es el hecho significativo, que podría ser bastante importante para usted, que muchos de aquellos que por muy buenas razones no han aún declarado abiertamente su posición, ya están solicitándonos llevarlo a cabo para que ellos tomen privadamente el curso que el “Reclutador” publica. Por lo tanto, estoy complacido de anunciar aquí que es mi felicidad el enviar a todo el personal de la Hora Undécima para contestar en persona a tales pedidos. Así que cuando alguno de nosotros esté en su vecindario, tendrán la oportunidad dorada de tenerlo personal y privadamente, y en estricta confianza abrir ante usted el mensaje en conexión con todos los eventos trascendentales que pronto se van a llevar a cabo en nuestro medio; eventos que la Inspiración por primera vez trae ahora a la luz del mediodía ante nuestros ojos, los cuales los profetas predicen en las siguientes palabras: “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí. . . y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. . . ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando Él se manifieste? Porque Él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.” Mal. 3:1,2. “Pero los días de la purificación de la iglesia se aproxima velozmente. Dios se propone tener un pueblo puro y leal. . . Las señales indican que el tiempo está cerca cuando el Señor revelará que tiene un aventador en su mano y limpiará con esmero su era.” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, pp. 75, 76.

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“Porque el Señor juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos del Señor serán multiplicados. . . Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones. . . a las costas lejanas que no han oído de mí, ni han visto mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. . . Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda al Señor. . . a mi santo monte de Jerusalén, dice el Señor, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa del Señor.” Isa. 66:16, 19, 20. Debido a que la purificación de la iglesia es ahora su única esperanza, el diablo está haciendo todo lo posible, por medio de hombres idolatrados (aparentemente no menos piadosos que los sacerdotes que crucificaron al Señor), para suprimir el conocimiento de ella, y crear temor, prejuicio, odio y confusión contra la voz de Dios y difamar el carácter de sus agentes. Además, los fanáticos ensalzados del enemigo están tan bien satisfechos que no tienen necesidad de nada, ya están, a pesar de que el mandato del cielo es contrario, echando fuera de las iglesias a cualquiera que investigue el “Mensaje de Dios para los laodicenses” o a quienes están de acuerdo con él. En qué, oh, ¡en qué se ha degenerado la Denominación! Qué gran insensatez, también, para ella el asumir dictar a sus miembros lo que deben y lo que no deben leer, como si ellos no tuvieran ni mente ni conciencia propias, y como si Dios no pudiera ni debiera convencerlos por medio de sus propios intelectos, sino que deben depender del intelecto de los ministros quienes a través de tal insensatez están inconscientemente ¡tomando el lugar de Dios! Ese acto de no sólo desanimar, sino hasta de prohibir leer las publicaciones, es por sí mismo, una sólida evidencia que ellas contienen la verdad para este tiempo, y que el enemigo quiere que el pueblo de Dios esté ignorante de ella. Uno apenas puede concebir de algún otro plan tan bien calculado para hacer del pueblo de Dios unos inválidos mentales y espirituales y, por

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consecuencia, mantenerlos en ignorancia sumisa del hecho que el plan de salvación exige que ellos sean cristianos iluminados, capaces de ver con sus propios ojos y de conocer con sus propios corazones que es que y quien es quien. Tanto altos como bajos parecen olvidar que tan pronto los mensajeros de Dios aparecieron en su respectivo tiempo, el judaísmo, el romanismo y el protestantismo, todos sin saberlo cayeron presa de este plan absurdo. Su fracaso de atar para siempre en tinieblas a los de mentalidad libre de su tiempo, no obstante, debería de ser un abridor de ojos para todos nosotros, que nuestros hermanos hostiles, también fracasarán para atar en tinieblas para siempre a los de mentalidad libre de este tiempo, porque los de mentalidad libre tarde o temprano descubrirán que cualquiera que no puede por sí mismo decidir que es verdad y que es error, está destituido del Espíritu de Dios, no teniendo contacto con el cielo y no teniendo parte en él. Aquellos que aún no han descubierto esta ley inviolable, se hallan cara a cara con la cruda realidad que es un tiempo muy importante para que ellos lo descubran inmediatamente, y que completamente se den cuenta que al violarla sólo están haciendo absolutamente cierta la pérdida de la eternidad, y que aunque Noé, Daniel y Job fueran sus vecinos, y se aferraran a los tres, sin embargo, a menos que dejen de estar quebrantando esta ley inviolable, están condenados, están maldecidos. Luego también, todos los que con los ojos y corazón cerrados condenan la obra de otros, están ciegos al desastroso hecho que “Al que responde palabra antes de oír,” directamente de la fuente, “le es fatuidad y oprobio.” Prov. 18:13. Ante estas realidades, seguramente usted no puede arriesgarse a dar oídos sordos a la Voz aquí suplicándole que cada uno haga una investigación completa del contenido de estas publicaciones de la Hora Undécima, las cuales en abundantes cantidades están ahora circulando gratuitamente “sin dinero y sin precio” por toda Laodicea. Carta

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Notará que estas publicaciones desellan las Escrituras que constituyen este “mensaje adicional” (véase Primeros Escritos, p. 277), las cuales, todas hasta ahora han estado selladas y así envueltas en un misterio y rodeadas por signos de interrogación, un hecho que por sí mismo es prueba absoluta que nunca antes han entrado a hogares adventistas publicaciones tan importantes y tan oportunas. Tal vez usted está completamente consciente de esto. Sin embargo, usted debe tener preguntas que le gustaría discutir en privado, solamente necesita solicitar que uno de nosotros le visite en tanto que estamos trabajando en su vecindario. Además, si usted sabe de otros hermanos en busca de la verdad, que tengan mente abierta y razonamiento libre, le agradecería mucho que me dijera cuántos, y si ellos desean que usted envíe sus nombres y direcciones, ya sea para nuestra lista de correo o para una entrevista privada, o para ambas. Puede escribirme a: V.H. Jezreel, H.B. Mt. Carmel Center Waco, Texas Cada consideración pertinente de las Escrituras demanda que hay para cualquiera de nosotros sólo un camino seguro, honorable y sensato a seguir cuando la consideración de la revelación profética desafía, especialmente en esta hora tan crucial en la historia. Tenemos que rehuir, como rehuiríamos la propia muerte, al espíritu que controló a los judíos y a las iglesias nominales, todos los cuales, como resultado, rechazaron los mensajes enviados del cielo en sus respectivos tiempos. Nuestra única salvación es decidir en primer lugar por nosotros mismos, librarnos de la influencia de otros y tener la certeza de la autenticidad de la Voz que está ahora clamando fuertemente por toda Laodicea, porque “la mente que depende del criterio de otros, se extraviará tarde o temprano.” –La Educación, p. 226. Sólo el Espíritu de Dios obrando individualmente en nuestras mentes puede guiarnos a toda la verdad si damos atención a ella. El Espíritu de Profecía además nos advierte: “Todavía hay mucha verdad preciosa para ser revelada al pueblo de este tiempo de peligros y tinieblas, pero es el Carta

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propósito determinado de Satanás impedir que los rayos de luz de la verdad penetren en el corazón de los hombres. Si queremos tener la luz que ha sido provista para nosotros, debemos manifestar el deseo que tenemos de ella por un diligente escudriñamiento de la Palabra de Dios. Verdades preciosas, por largo tiempo ocultas, han de ser reveladas de una manera que pondrá de manifiesto su sagrado valor; porque Dios glorificará su Palabra para que aparezca en una forma en que nunca antes la hayamos visto.” –Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, p. 26 “No hay excusa para ninguno en tomar la posición de que no hay más verdad para ser revelada, y que todas nuestras exposiciones de las Escrituras son sin error. El hecho de que ciertas doctrinas han sido sostenidas como verdad por muchos años por nuestro pueblo, no es una prueba de que nuestras ideas son infalibles. El tiempo no transformará el error en verdad, y la verdad puede permitirse ser justa. Ninguna doctrina verdadera perderá nada por medio de un estudio detallado.” –Consejos para Escritores y editores, p. 35. [en Inglés]. “Una luz preciosa ha de resplandecer de la Palabra de Dios, y no se atreva nadie a decir qué cosa debe o qué cosa no debe ser expuesta al pueblo en los mensajes de iluminación que Él envíe, apagando así el Espíritu de Dios. Cualquiera que sea su puesto de autoridad, nadie tiene derecho a impedir que la luz llegue al pueblo.” – Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, pp. 29, 30. “Si llega un mensaje que no entendéis, empeñaos en escuchar las razones que el mensajero expone, comparando texto con texto, a fin de que podáis saber si lo apoya o no la Palabra de Dios. Si creéis que las opiniones expuestas no tienen la Palabra de Dios por fundamento, y si la opinión que vosotros sostenéis tocante al asunto no puede ser controvertida, entonces exponed vuestras poderosas razones; porque vuestra posición no será debilitada por ponerse en contacto con el error. No hay

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virtud ni virilidad en mantener una guerrilla continua en la obscuridad, cerrando vuestros ojos para no ver, y vuestros oídos para no oír, y endureciendo el corazón en la ignorancia y la incredulidad para no tener que humillaros y confesar que habéis aprendido algo sobre algunos puntos de la verdad.” –Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, pp. 30, 31. “Cuando se os pida que escuchéis las razones de una doctrina que no entendéis, no condenéis el mensaje mientras no lo hayáis investigado prolijamente y sepáis por la Palabra de Dios que no es defendible.” –Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, p. 33. “Cuando se presenta una interpretación de las Escrituras, muchos no preguntan “¿es correcta?” ¿está en armonía con la Palabra de Dios? sino ¿quién la sostiene? y a menos que venga precisamente por el medio que a ellos les agrada, no la aceptan. Tan plenamente satisfechos se sienten con sus propias ideas, que no quieren examinar la evidencia bíblica con el deseo de aprender, sino que rehúsan interesarse, meramente a causa de sus prejuicios. “El Señor a menudo obra donde nosotros menos lo esperamos, nos sorprende al revelar su poder mediante instrumentos de su propia elección, mientras pasa por alto a los hombres por cuyo intermedio esperábamos que vendría la luz. Dios quiere que recibamos la verdad por sus propios méritos, porque es la verdad.” –Testimonios para los Ministros, pp. 105, 106. “Pero guardaos de rechazar aquello que es verdad. El gran peligro para nuestros hermanos ha sido el de depender de los hombres, y hacer de la carne su brazo. Los que no han tenido el hábito de escudriñar la Biblia por sí mismos, o de pesar la evidencia, tienen confianza en los hombres prominentes y aceptan las decisiones que ellos hacen; y así muchos rechazan precisamente los mensajes que Dios envía a su pueblo si esos hermanos prominentes no los aceptan.” –Testimonios para los Ministros, pp. 106, 107.

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“Hombres, mujeres y jóvenes, Dios requiere de vosotros que poseáis valor moral, firmeza de propósito, fortaleza y perseverancia, mentes que no admitan los asertos ajenos, sino que investiguen por su cuenta antes de aceptarlos o rechazarlos, y escuchen y pesen las evidencias, y las lleven al Señor en oración.” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 2, p. 119. Sin embargo, asombrosamente la voz predominante dentro de la Denominación enseña atrevidamente a sus miembros lo contrario de lo que estos pasajes inspirados del cielo anteriormente citados plenamente declaran. Por lo tanto, esos pasajes notablemente descubren que es la voz predominante del enemigo en los aires meciendo silenciosamente a todos para que duerman, y mirando vigilantemente para que ninguno jamás despierte a su gran necesidad de la verdad de Dios, que el tiempo del juicio de los vivos se está aproximando velozmente, –“el día grande y terrible del Señor.” Esta descarada indiferencia al consejo de la Inspiración ahora se levanta manifiestamente desenmascarando lo que en realidad es –otra de las artimañas del enemigo, haciendo esfuerzos internos para mantener al pueblo de Dios inconsciente de su gran peligro, al mantenerlos narcotizados y profundamente dormidos en un ambiente tibio, (perfectamente satisfechos) y con las mentes programadas de que no tienen necesidad de nada y de que están haciendo una gran obra misionera, aunque el Señor mismo declara que son “desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos,” y no lo saben. Apoc. 3:17. Además, Satanás nunca hubiera podido haber encendido sus mentes con orgullo, prejuicio y temor, todo calculado para hacerlos considerar de una manera hostil cualquier revelación significativa y fresca enviada del cielo, y para colmo hacen caso del consejo de los enemigos de Dios, mientras pretenden ser amigos del pueblo de Dios, engañándolos, de tal forma que se mantengan siempre tibios, en peligro mortal de sus vidas. Ninguno de nosotros pudiéramos alguna vez haber caído víctimas de esta enfermedad laodicense si todos nosotros como un pueblo hubiéramos estudiado por nosotros mismos, prestando diligente atención a los consejos de advertencia de la Inspiración en los siguientes pasajes:

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 “El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difícil creer que existe, y mucho menos ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. Han olvidado mayormente su pasado, y cuando da otro paso adelante, no le reconocen como su enemigo, la serpiente antigua, sino que le consideran como un amigo que está haciendo una buena obra.” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, pp. 273, 274. Solamente dándole atención a lo que la Inspiración dice, y evitando todas las voces contrarias a Su Voz, puede cualquiera de nosotros sobrevivir al juicio y asegurar un lugar en el reino de Dios, pronto a venir. “Examinadlo todo; retened lo bueno.” (I Tes. 5:21), es la admonición del cielo para todos. Sólo así podemos estar seguros de lo que Dios requiere de nosotros para saber y hacer así para que Él no tenga que vomitarnos de su boca (Apoc. 3:16), sino por el contrario, que nuestros nombres estén “escritos en el libro” y seamos librados de la repentina venida del “tiempo de angustia, cual nunca fue.” (Dan. 12:1). Por tanto, si está decidido a saber por usted mismo del único camino señalado por el cielo para escapar de ser vomitado en esta hora de gran importancia, sólo apresúrese a enviarme unas líneas, solicitando que yo, si es posible, o de otra manera, un obrero del campo se ponga en contacto con usted y algunos otros cuyos nombres y direcciones pueda darnos para que todos puedan oír ambos lados. Luego uno de nosotros le visitará en la oportunidad más pronta, y será de todo servicio posible para todos los interesados sin ninguna obligación para ninguno. Sinceramente suyo, para no perder ninguna oportunidad de “escuchar las razones que el mensajero expone” (Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabática, p. 30), V.H. Jezreel, H.B. (Director del Movimiento Laico) T5, 75

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